1. De viral a vital

Las marcas están dejando de perseguir la viralidad como fin en sí mismo. El nuevo lujo es la relevancia sostenida. Contenidos que no explotan, pero sí perduran. Que no buscan likes, sino resonancia. Que construyen, aunque no hagan ruido.

2. Feeds que respiran

Estética editorial, ritmo lento, fragmentación visual. Los contenidos visuales empiezan a parecerse menos a una fábrica de reels y más a publicaciones independientes. El “estilo feed” muta hacia algo más contemplativo, menos performático.

3. Menos marca, más personas

El contenido que conecta es el que no parece escrito por un comité. Cada vez más marcas adoptan voces propias, imperfectas, incluso incómodas. Lo personal ya no se limita al storytelling, sino que atraviesa la forma de escribir, mostrar y aparecer.

4. Long-form is back

Mientras todos gritan en formato vertical, una nueva tribu busca contenido más largo, profundo y argumentado. Vuelven las newsletters, los blogs (sí), los ensayos en Medium, los PDFs descargables. No es para todos. Y ese es el punto.

5. Inteligencia artificial como coautor

La IA no reemplazó al creador: lo volvió más selectivo. En 2025, los equipos más inteligentes usan la IA para prototipar, corregir, provocar… pero no para publicar en automático. El criterio editorial sigue siendo humano. O no es.